Morir,
morir como mueren las palabras,
ahogadas entre papeles.
Morir,
morir como mueren los días,
acunados por la Luna.
Morir,
morir como muere el fuego,
cuando lo quema todo.
Morir,
morir como si el futuro
fuera cosa del pasado.
Pero sobre todo morir,
morir mil y una veces más.
Morir más y mejor cada vez,
con más ganas.
Solo el iluso y el poeta quieren vivir,
mi ilusión era ser poeta,
y ahora ha muerto con este poema,
así que no queda más que morir.
Hasta que vivir no tenga sentido,
hasta que morir sea el único camino.
¡Pero morir, morir solo para renacer!
Renacer como renacen las palabras,
cuando alguien vuelva a pasar las páginas.
Renacer como renace el día
cuando se va la Luna.
Renacer como renace el fuego,
de sus cenizas aún calientes.
Renacer como renace el futuro,
cuando solo queda el presente.
Morir solo para renacer,
para que morir tenga sentido,
para que vivir sea el resto del camino.